Facundo Fusco

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IL: publicationes in latino sine flexione. Sed etiam in hispano et anglo.
ES: publicaciones en latín sin flexión. Pero también en español e inglés.
EN: publications in latin without inflection. But also in spanish and english.

pictura: Misionero comido por tigre, de Noé León, in 1907.

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de Mar Cela
Por más que una pareja aparente una reconciliación, cuando la violencia ha irrumpido, ningún lazo simbólico puede restituirse en su pureza inicial. La agresión no es un accidente, sino la manifestación estructural de una falla en el sujeto: del goce que excede al otro y lo convierte en objeto de su pulsión. Aquellos que asisten desde afuera, amigos, allegados, testigos, no están llamados al perdón, porque el perdón supone una operación simbólica que sólo puede tener lugar cuando hay asunción de la culpa, y en el violento no hay culpa, sino repetición. El sujeto golpeador no “cambia”, porque no se trata de una mera conducta, sino de un modo de goce fijado, que encuentra en la escena del sometimiento su retorno pulsional. Y la víctima, por su parte, no permanece por ingenuidad, sino porque algo de su propio trauma se anuda en ese circuito de violencia, donde el amor y el horror se confunden bajo la lógica del deseo que no se sabe desear otra cosa. Cuando una pareja “se arregla” después de golpes, no es porque el conflicto se haya disuelto, sino porque ambos participan, cada uno desde su lugar sintomático, en la necesidad de mantener vivo el drama que los constituye. En esa escena, no hay reconciliación posible: sólo repetición.
El perdón, entonces, no tiene aquí lugar sensato, porque perdonar sería negar la estructura misma del acto violento: su raíz inconsciente, su goce, su necesidad de retorno.

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